martes, 26 de marzo de 2013

Olvido García Valdés


Diré tu nombre para traerte, vendrás
por la raíz, por el humor
del tronco, por los círculos
de tus años, por las hojas
vendrás al cimbrearse
altos los que hablan de ti.

lunes, 11 de marzo de 2013



ISLA CORREYERO

Mi coño eleva el conocimiento que tú le has enseñado. La velocidad y el violento latido de una horca.

Mi coño alimentado por una boca física tiene el oficio azul de ser frágil y exacto.

Flexible y religioso, mi coño es la pirámide de un resplandor de oxígeno que se pone mis bragas.

Tiene quinientos años de elegancia y de músculos 
batidero de sangre volada de partículas.

Fluye con tabaco, la cicuta y el whisky, tiene chispas de plata, monedas de cerveza.

Con tu estremecimiento causas en mí palabras que dicen deserciones y dulces animales.

En tu lengua me dices cosas extraordinarias, se me llena la oreja del ardor de los fósforos.

Pasa todo a mi coño, se forman las arrugas, aprende, coronado cómo abrirse las venas.

Tan despierto y profundo como un túnel en llamas, llega al centro, al tugurio de un burdel que se mueve.

Es un párpado oliendo tu medida en centímetros, el aceite de un arma, con una bala de oro.

Extremaución del vértigo que crece en los amantes, mi coño es un estado mental de luz y sombra.

Suda como una sábana. Palpita como un trago. Es móvil terciopelo azul. Báilalo lento.

Por la muerte.

Jode la tristeza.


sábado, 9 de marzo de 2013


Vértigo de amor, vértigo de vacío
que inunda los recovecos, que cobija
el desamparo y lo provoca, vértigo
de cascada y precipicio, de sueños cumplidos
y sueños olvidados, abismo insondable
por no saber, por saber demasiado…
El poder de la libertad es venenoso
y los precipicios van creciendo entre los brazos
y el deseo de recorrer tanto, de amar hasta la lágrima,
heridas que sanan, cicatrices de cera en las pestañas,
ojos que ya no miran, borrosas visiones
en el miedo cotidiano que circula…
Desconocida que pasea y que recuerda
siempre con un tic tac tic tac
taladrando los pasos, agujereando los oídos,
soledad y cobardía en el terremoto
de la nada, sucumbe al hastío, llora
mas no sirve de nada porque
ya conoce el camino de regreso
y no quiere tomarlo.