Vértigo de amor, vértigo de vacío
que inunda los recovecos, que cobija
el desamparo y lo provoca, vértigo
de cascada y precipicio, de sueños
cumplidos
y sueños olvidados, abismo insondable
por no saber, por saber demasiado…
El poder de la libertad es venenoso
y los precipicios van creciendo entre
los brazos
y el deseo de recorrer tanto, de amar
hasta la lágrima,
heridas que sanan, cicatrices de cera
en las pestañas,
ojos que ya no miran, borrosas visiones
en el miedo cotidiano que circula…
Desconocida que pasea y que recuerda
siempre con un tic tac tic tac
taladrando los pasos, agujereando los
oídos,
soledad y cobardía en el terremoto
de la nada, sucumbe al hastío, llora
mas no sirve de nada porque
ya conoce el camino de regreso
y no quiere tomarlo.