jueves, 19 de diciembre de 2013

PRINCESA INCA



A los que se quedaron dormidos en el nunca,
a los que sueñan sus verdades y se las niegan,
a los que tienen mucho miedo
y lloran por cualquier cosa
y se ocultan la cara de vergüenza.
A los tímidos,
a los solos, a los raros,
a los que dudan y dudan
y les llaman inmaduros, débiles.
A los que duermen en la fría cama del psiquiátrico,
a las madres que cogen la mano de su hijo ingresado.
Os digo: que no nos vendan verdades, que la verdad no existe.
La Verdad y la Razón son creaciones del ser humano,
para doler, para medir.
Hay que luchar contra el silencio y la ignorancia,
no somos enfermos.
¿Quién tiene la verdad absoluta, la realidad absoluta?
¡Que la muestre, que la enseñe si puede!
¡Es mentira, mentira, no existe!
A los que llevan cicatrices por haberse rajado las venas,
a los que consiguieron no rajárselas.
A los que están paralizados de angustia,
paralizados para ser, amar, soñar.
A los que llaman vagos, idiotas, locos, débiles.
No escuchéis la voz de los que viven sólo para tener.
A los que por ansiedad fuman dos paquetes diarios.
A los que no son sociables, ni aptos, ni lúcidos,
ni extrovertidos, ni empáticos, ni asertivos, ni normales.
A los que nunca superarán un test psicotécnico,
a los que llevan medicación en el bolso y el monedero vacío,
a los que están atados ahora a una cama y no nos oyen.
A los psiquiatras que abrazan a sus pacientes
y pidieron alguna vez consejo al que llamaron esquizofrénico.
A los que tenemos certificado de disminución
y leemos a Lorca y a Nietzsche y lo que haga falta.
A los que no soportaron el túnel y se fueron para siempre,
a los que atravesamos cada día el túnel
agarrados aunque sea a las paredes negras.
A todos los que saben o quieren escucharnos
y no se fían sólo de los manuales, libros, tesis,
estudios y estadísticas.
A los psicólogos que dan besos.
A los que ya hemos transitado por el infierno y el cielo
y no queremos volver más allí.
Y sobre todo,
a todas esas pupilas dilatadas de tanta química
que miran aturdidas y absortas
pero tienen la luz más hermosa.
A todos os digo:
«No existe la locura sino gente que sueña despierta». 

jueves, 12 de diciembre de 2013


Mi paisaje del tiempo es ovalado, es una elipse donde se sitúan las estaciones, y no se muy bien cómo se mueve pues no puede rodar, tal vez soy yo la que me sitúo en uno u otro punto, la que se mueve caminando por su línea, la que avanza o retrocede o permanece. Es complicado permanecer, porque el dibujo cambia cada vez que lo imagino, cada vez que quiero visualizarme en él. Tiene algo de estático y algo de impulso, el otoño es impulso de subida en el ángulo derecho, la primavera es impulso de bajada en el ángulo izquierdo. El invierno y el verano son más quietud, extremos. Siempre voy en el sentido contrario a las agujas del reloj. Un año, y otro, y otro. La imagen es como un calendario de los meses, con sus colores y olores y temperaturas. El tiempo es una abstracción, imaginación mental que nos despista. La luz y la oscuridad. La siembra y la cosecha. Las nieves y el estío. El tiempo también son vientres que crecen, manos que se agrietan, mentes que olvidan o que recuerdan otros “tiempos lejanos”. Hay un tiempo de acciones y un tiempo de pensamientos, hay un tiempo de la memoria y un tiempo de los latidos. El tiempo son las personas, eternidad que aniquilamos inconscientes. La niña que fui dijo “hoy es mañana”, ahora diría, “hoy es yo-tú-nosotros”, y mañana también, y siempre.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Dejar de ser humo
volverse
visible,
tangible,
verdadera.
Querer que te quieran es cansado,
y duele, duele mucho,
duele el vientre que se repliega partido,
duelen las manos que se quedan vacías,
duelen los ojos que se aguantan el llanto,
duele la garganta que se traga los nudos,
nudos de palabras, nudos de abrazos,
nudos de esperas infinitas y absurdas.
Querer que te quieran es un esfuerzo
mayor aún que el de quererse uno,
es una imposibilidad que te desgasta,
es un cuento de hadas inconcluso,
es un engaño eterno, un auto-engaño,
es una pesadilla amaneciendo.
Quiero estar sola,
tal vez no,
tal vez sólo quiero
dejar de buscar la aprobación del otro.

Voy a emborracharme de crueldad
hacia mi misma...

jueves, 5 de diciembre de 2013

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Llover, despertar con lluvia en las mejillas,
revisitarte en sueños, conocerte,
vivirte en otras vidas cada noche.
Amar en la vigilia, amar en la memoria,
amarte es un recuerdo ahora presente,
presente en este ahora que construyo
cuando duermo,
cuando te me apareces tan real
que amanezco y es como si muriera,
como si esta luz que ahora me ciega
fuese la máscara,
y sólo en la oscuridad de nuestras noches
pudiera mostrarse mi verdad, mi esperanza.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Hablar del amor,
escribir sobre el amor,
hacer el amor...
Hubo un tiempo
en que quise
ser el amor.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Caer en la desidia,
saberse fuerte y no poder hablar,
torrente de palabras que pueden ser volcán
y que se quedan mudas en el cuello,
atascadas aun viendo la salida,
petrificadas, estatua de sal y de cemento,
y sueño con la imagen de un bosque devastado,
y parece que un hilo me cerrara la boca,
puntadas que no duelen, anestesia de años consumidos,
limbo cubierto de basura helada,
vertedero mi cuerpo de sus traumas,
el grito se aniquila por sí solo,
el llanto cada vez más invisible,
la rabia contenida, encadenada,
frío de besos que ya no dicen nada,
huesos de plástico y vientre de madera,
si sigo así cualquier día de éstos
jugarán los niños a ponerme
nariz, escoba, bufanda, gorro...
un muñeco de nieve
en el desierto.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Pasa el aire del mundo
por un hueco
                       que han dejado tus ojos en la tarde,
por un solo segundo
en el que se han cerrado como alas.

Josefa Parra

domingo, 17 de noviembre de 2013

Espacio siempre frente al tiempo. No
hay mayor lentitud que esta paciencia
que eterniza los labios, endurece
las túnicas, habita en la mirada
de la desolación.
                           Roja, la estepa,
afuera, lejos, en la mansa gleba,
come su viejo sol.
                             Gira la tierra
sobre sí misma, musical, y el agua

desciende azul: eternidad herida.

Antonio Gamoneda

jueves, 7 de noviembre de 2013

Diálogo

-Hablemos del amor
-Tal vez podamos empezar acariciándonos
-Sí, tal vez
-El final de la conversación sabemos cuál será, ¿verdad?
-Sí, nos suicidaremos juntos
-Claro, pero para llegar a eso habrá que demostrar el porqué
-Demostrar ¿a quién?
.A la humanidad, al mundo entero
-Al mundo le da igual nuestro amor
-Puede ser, pero nuestro amor es el suyo también, quizá sólo tengan que darse cuenta
-Lo intentaremos
-Lo principal es nuestra libertad
-Y nuestra imposibilidad de ser totalmente libres
-Pero aceptando esa verdad crecemos y crece nuestro amor
-Sí, para mí fue algo clave comprender eso
-Cuando se habla del amor a veces se olvida que hablamos de seres que aman y son amados
-Yo a veces imaginaba el amor como un ente, como un ser sobrenatural, fuera de nosotros, como cuando hablan de dios como algo que está ahí arriba, el gran ojo, para mí Amor era un dios, un gran corazón que flotaba en el aire e irradiaba rayos de fuego. ¿Te acuerdas?
-Me acuerdo, también recuerdo cómo yo te decía que para mí Amor era algo intrínseco al ser humano, que estaba dentro de mí, pero también como un ente, pegado a la carne que recubre mis huesos y mi corazón
-Y luego hubo un tiempo en que decías que estaba en la mirada, que se comunicaba y pasaba de unos a otros por los ojos
-Sí, entonces me parecía un fantasma de aire invisible que entraba y salía de nosotros
-Ahora me parece gracioso recordarlo
-La cantidad de vueltas que hemos dado
-Sí, pero creo que era necesario
-Quizá, si no habríamos llegado aquí demasiado pronto
-El tiempo...
-¿Tienes frío?
-Un poco, ya se está poniendo el sol
-Yo también, estamos cansados 
-Felizmente cansados
-¿Dejamos de hablar ya?
-Sí, muramos como el sol
-Con sus últimos rayos
-Buena muerte, amor
-Buena muerte, mi vida

martes, 5 de noviembre de 2013

El desencanto del Quijote


1. Memoria del viaje

Miré al cielo. Dije
un sueño espera ser soñado.

Venía de otro sueño.
Compartido. Hermoso.
Me asfixiaba. Era tan
limpio el aire
que un grito de dolor hubiese
resplandecido.
Miré al cielo. Cogí mis armas.
Las de ellos eran otras, pero
no había diferencia:
de una verdad a otra, ¿cuánto dista?
¿Cuánta ignorancia las separa
y cuánta las designa?
Es la verdad el nombre
que damos al impulso
con que la vida quiere ser soñada.

Cogí mis armas. Atrás quedó
el hogar. Abierto, el horizonte.

Fue hace mucho tiempo. Ahora…

ahora ya no son tiempos de espejismos.
* * * * *
2. El descenso. Tribulaciones de la agonía

En los bordes del sueño abre
los ojos. Sin abrirlos. Algo
despierta, la conciencia de una
continuidad. De otra continuidad.

Algo despierta y mira dentro (el
dentro de la superficie, que no es
un dentro sino un debajo, como
el forro de un abrigo), buscando algo
en lo que anclarse. Un tema, busca
un tema. Para no acabar. Para

sobrevivir.
¿Sobrevivir? Decidme, ¿quién o qué
sobrevive? –Volver al tema.
En el tema el mí se reconoce
porque alguna parte suya
es afectada y se conmueve.
Como cuando las lágrimas. Por la imagen.
Más que nada, a la mente le gustan las
imágenes. Con ellas, teje.
Y el tejido hace mundo o lo refuerza,
lo hace consistente.

En la orilla del sueño algo, un aliento
que vibra, insiste en las mismas
pautas. Y se hace sólido. Y dice yo.
Y el mí adviene, de nuevo,
creyéndose, creyéndome ahora
en lo que digo. Para no perderme.
No aún. No tanto. No tan aún tantas
veces. Para no deshacerme. Para
sobrevivir pero.
Porque no está claro. Por el peso.
El mí contiene demasiadas
lágrimas. Aunque. El lastre fuerza
a abandonar el texto y condensarse en
los márgenes. Y es bueno –¿bueno?–, es
adecuado. En fin, no es, de ninguna
manera. Sólo hay lastre. Y hay Aún.
Hay demasiado Aún para perderse
del todo.
* * * * *
3. El pánico

El cansancio. La sed. El pánico.
Dentro. Fuera no se mueve. Dentro,
pánico. Humedad que traspasa la
casa-huesos. Entonces voy donde
hay muchos. Como si algo fuese
cierto. Como si algo cambiase y por
eso fuese cierto. Entre todos. Entre
muchos. Cierto porque se mueve.
Como si hubiese meta. Si no se
alcanza no importa. Mejor no
alcanzar. Como si. Para que sea
cierto -¿cierto?-

La hora estimada. La hora de llegada
estimada. Como si algo ocurriese.
Por el movimiento. Por el nombre
que cambia. El del lugar. El de los
ojos, no. Los ojos siguen fijos en el
rostro. El rostro que no veo. Siguen
mirando fuera. Yo nunca veo la
mirada de mis ojos mirando fuera.

El movimiento atrapando la
atención. Reteniéndola. Guiándola.
Llaman historia a ese movimiento
que retiene la atención. Cuando no
hay movimiento fuera, la historia
ocurre dentro. Pueden haber muchas
historias a partir de un solo
movimiento. Entre todas forman una
situación. La situación es un nudo, a
veces una madeja, pero siempre es
un nudo. Algunos nudos retienen el
pánico.

Se produce en el silencio,
antes del movimiento, y
también después. El pánico es
un furor detenido. En un principio
fue el pánico. Tuvo que serlo. Luego,
el furor fue las formas, ésas que el
movimiento produce en razón de sus
detenciones, de sus sacudidas.

Cuando el espacio entre las
sacudidas se prolonga, decimos
que alguien ha muerto. Entonces vuelve
el pánico o, mejor dicho, se abre. Se
abre el pánico y el furor se detiene.

Suele ocurrir también que alguien,
en el movimiento aún sostenido,
caiga en la abertura del pánico. Es
por efecto del vértigo que arrastra
como un esfínter los bordes de
la abertura. Su tiempo,
entonces, queda detenido. En el
pánico.

Por eso hago como si algo ocurriese.
Ocurre al menos la historia como si
algo ocurriese. Un movimiento,
una vez más. Tal vez sirva. Para que
haya historia y me la crea. Lo justo
para poder caer más adelante.
* * * * *
4. Resurrección en la tierra

Mirar al cielo. Luego,
a la tierra. Decir
hay un sueño que espera ser soñado.
Un sueño espera ser soñado.

La boca seca. No hay
saliva. Alzar los ojos,
donde los gavilanes
y los misiles. No, los ojos
a ras de suelo,
donde la hierba,
entre la herrumbre,
donde la hierba arde
verde y poderosa.

He perdido las armas.
He tirado el escudo.
De entre todas las verdades elijo
una sola: la caricia del sol
en el tronco de mi alma
calcinada.
* * * * *
5. El despertar

En los bordes del sueño abre
los ojos. Sin abrirlos. Algo
despierta,
la conciencia de una
continuidad.
De otra
continuidad. Y, entonces,
el milagro: la hierba.
Bajo los pies, creciendo.
¡La hierba!

Chantal Maillard

domingo, 3 de noviembre de 2013

Hay una brisa
que se cuela por las venas,
que se instala en un lugar
donde no existe
la locura
donde el cuerpo pierde sus contornos,
sus olores, sus tonalidades,
un lugar ajeno a los sentidos
donde tan sólo se escucha
un tintineo, un silencioso crujir
de nieve
recién caída,
en ese único instante en que se posa
y se suspende el tiempo,
y se detiene el pulso de la muerte.
Allí,
allí donde el susurro
es un batir de alas delicadas,
allí es donde habita
¿el amor?

viernes, 1 de noviembre de 2013

Las simples cosas...

Uno se despide 
Insensiblemente de pequeñas cosas. 

Lo mismo que un árbol 
Que en tiempo de otoño se queda sin hojas. 

Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas 
Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón. 

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amo la vida 
Y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas. 

Por eso muchacha no partas ahora soñando el regreso 
Que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo. 

Demórate aquí, en la luz solar de este medio día 
Donde encontrarás con el pan al sol la mesa tendida. 

Por eso muchacha no partas ahora soñando el regreso 
Que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo. 

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amo la vida...

martes, 29 de octubre de 2013

El viento azota la tierra, rasga y levanta en vuelo las cosas diminutas,
las diminutas flores, las diminutas almas que se agarran al suelo temblorosas.
El viento es alarido, grito en canto, redescubre lo oculto y enterrado,
a veces acaricia, a veces duele, pues tiene algo de frío y de fuego...
Viento que tanto arañas con tu clamor de siglos, despierta a los dormidos,
ya es tiempo de que el aire reconcilie
todos los elementos, todos los corazones que palpitan
en este círculo infinito, en este hogar eterno y luminoso.
Abrázame hasta el llanto, viento de otoño...
Quién no quisiera ser hoja en tu cielo, vuelo,
vuelo... ¿vuelas conmigo?


viernes, 25 de octubre de 2013

Vuelves en sueños, una y otra vez,
ensueño de verde mar y de canciones,
roto, rasgando el cielo de un verano
que ya no, ya no aquí y nunca.
Te llamo...
Quien inventó el teléfono se equivocaba,
prefiero amar tu voz en blanca noche,
que escuchar tu oscura indiferencia.
Repito la esperanza de un encuentro,
de un encuentro de almas que una vez...
que una vez quizá se acompañaron,
eso creía entonces.
Hoy a través de un aparato
vuelvo a romper tu foto idealizada,
observo tu afilada cercanía
como un falso regalo de amistad
y comprendo
que por mucho que sueñe
ya no hay modo
de tenerte a mi lado
como antes.

martes, 22 de octubre de 2013

Veo, veo. Y tú ¿qué ves? No veo. ¿De qué color? No veo. El problema no es lo que se ve, sino el ver mismo. La mirada, no el ojo. Antepupila. El no color, no el color. No ver. La transparencia.

José Ángel Valente
Porque los ojos los ensucia el tiempo
apenas reconoces la luz
de la mañana. Pero a tu puerta
insiste
terca la claridad.

Como perro
que sabe

que lo que fuera amor
no entiende olvido.

ADA SALAS

jueves, 17 de octubre de 2013

La mirada...
Hubo un tiempo en que se esforzaba por mirarle fijamente a los ojos e intentaba ahondar en su insondable profundidad. Buscaba algo, no sabía muy bien qué pero sabía que algo fallaba; necesitaba concentrarse e intentar penetrarle con la mirada porque sentía de algún modo que su amor no era real. ¿Qué es un amor real? ¿Qué era lo que le faltaba? Cuando le miraba de ese modo no conseguía traspasarle, su mirada rebotaba en la de él, era como si hubiera un muro, como si ese mirar frustrado reflejara aquel vacío que ella sentía a veces a su lado. Porque lo que hacía irreal su amor era una soledad abrumadora estando en su compañía. A veces sentía que estaba con un desconocido, y el vacío era una suma de dos miradas truncadas; ella no le conocía pero él a ella tampoco y lo más doloroso es que parecía no tener interés en hacerlo. Él no se esforzaba por penetrarla con la mirada. Él no quería entrar en los oscuros huecos de su alma. Luego llegó la separación, sencilla y tranquila, incluso apacible dentro del dolor. Y cuando al cabo del tiempo se reencontraron y empezaron a compartir momentos de pasión ella se dio cuenta de que algo había cambiado. Ya no se esforzaba por mirarle, simplemente empezaba a verle. Era como reconocer a un desconocido. Quizá el amor era diferente, estaba cruzando un puente peligroso pero esa experiencia era necesaria. Un día él le dijo que ya no quería compartir momentos de pasión con ella, que había una persona en su vida a la que estaba conociendo y con quien quería tener un amor de verdad. Muerte, sangre, pánico y desesperación. Justo entonces que ella estaba aprendiendo a verle desde el otro lado él se iba, justo ahora que él se estaba dejando ver como era en realidad... Pasó más tiempo de distancia y ella se dio cuenta de que le amaba más si cabe que antes. Porque por fin había conseguido penetrar su mirada sin esfuerzo, porque su alma le era clara y transparente. Porque ahora sabía que él era capaz de dejarla a pesar de la pasión, porque ella sabía que era capaz de sobrevivir sin él. De pronto todo se tornó real; la relación pasada, el reencuentro, la nueva separación... Y aprendió que ese amor que ahora conocía era real aunque no fuera posible materializarlo, pero eso ya no importaba, era real porque había visto en él todos los fantasmas, porque ya podía mirarle y no sentirse sola, porque había sido capaz de amarle y odiarle, de desearle y anhelarle, de saberle con otra y alegrarse. Su mirada cambió porque descubrió su alma, porque él dejó que ella le viera de verdad, y aunque no le gustara parte de lo que vio era lo más real que él le había dado nunca, y eso es lo que acrecentó el amor o lo hizo cierto, eterno, comprendió que aceptando esa parte de él estaba aceptando la suya propia, que también la tenía. Y ya no necesitó mirarle más. Simplemente le amaba y le amaría sin esfuerzo, en la distancia, en un mundo en que la pasión ya no sería de cuerpos en contacto pero seguiría siendo pasión; una pasión tal vez más potente, la pasión por la belleza de la verdad, de la imperfección y de la sinceridad.
La mirada de ella y la de él ya no se buscan, una vez que se encontraron se dedicaron cada uno a mirar en otra dirección.

viernes, 11 de octubre de 2013

Roberto Juarroz

Así como no podemos
sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.

No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo
las proporciones del silencio
cuando algo lo visita.
Y menos todavía
cuando nada lo visita.

El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,
ni tampoco a lo que no es el hombre.

Y sin embargo puede
soportar el peso inexorable
de lo que no existe.

martes, 30 de julio de 2013

Calla
deja de inventarte dramas
deja de fingir dolores
no malgastes el flujo
de tu mente
Calla
para ya esa máquina que arde,
deja de respirar, no te perviertas
en ese pozo azul de soledades
Olvida que te pueblan las palabras,
calla ya niña mala,
frena esa lluvia dorada de puñales
decapita tu odiosa fantasía
que no te trae más que ogros rojos
y cuentos con finales muy posibles
Calla y duerme, no, despierta,
despierta del letargo envenenado
que sólo te provoca bilis negra,
aniquila ese lago en el que te hundes
cállate de una vez
y simplemente
vive

domingo, 28 de julio de 2013

Princesa Inca

Que hermosa puede ser una mujer semidestruida,
brilla con la verdad decaída de una ciudad antigua y sucia,
sus ojos son callejones, son territorios donde transitar para reconocerse,
que bellos los pechos caídos e inútiles para dar de mamar a la nada o al cielo
que puede tener texturas parecidas/
que hermosa cuando llora con su lágrima azul e infinita,las ideas raras y esféricas,
el ruido de su dolor atrapado en el vientre inhabitado/
la luz se deforma para darle paso a esa muñeca que se desilhacha y toma forma de hembra en batalla de nadie/ 
mírale,sus ojos se difuminan para celebrar la lluvia y un desencuentro con ella misma, escribe en la noche y marchita la saliva para segregar mariposas o fines inexpresables/
habítala/cómele su origen y las noches/
sémbrale tu semen y tu tiempo para que divida la vida/desnúdala para comerle la sangre porque no le da miedo la herida en carne viva/
al final de su túnel tu victoria ante el desencanto/
que hermosa su belleza absolutamente imperfecta, sus piernas grandes,su blancura
de mármol,su locura precipitada,su mentira.
/con tus manos la tocas y palpas luego como le sueñan los dientes, los días,la vagina,
como se deshace en el camino hacia tu boca/
que hermosa transitada de miedo,no es bella como un maniquí sonriente,no te dará la razón,acabará de desordenarte/
persíguela para soñarte porque quedan pocos puros territorios verdaderos como ella/
no habita este lado del espejo/tú sabes que te amará siempre hasta la muerte
una mujer desmembrada/ y deslizate silencioso porque percibe y le altera cualquier ruido,
que es de aire, que es de vidrio, que es remota/
cómetela a pedazos para digerir el sentido de algo/
esto es la vida ,esto es la batalla del anochecer,esto es algo realmente grande/
que hermosa es una mujer semidestruida como una iglesia abandonada y hueca/
donde parar a conocer el viento que surge en le precipicio/
derrotada,insomne,perdida/
la quemadura que produce no destruye/no es fuego sino
una luz que te hará conocer lo que no conocieron jamás ni tu cuerpo ni tu memoria.

miércoles, 26 de junio de 2013

Eres todos y cada uno de los hombres
que han entrado en mí,
eres el invisible, el que espera
a la vuelta de la esquina,
escondido tras el árbol,
sentado en el autobús,
eres uno y eres todos,
no eres nadie pero vas tomando forma
cuando te sueño, cuando te dejo acercarte
al pequeño paraíso de mi mente,
porque te estoy creando
lentamente
con paciencia
porque no estoy preparada
para conocerte
todavía
pero mientras
tú juegas al escondite como un niño
y me vas dejando pistas en los otros
y yo voy adivinando
cómo quieres conocerme
cómo y cuándo vendrás...
Eres todos y cada uno de ellos
por eso
cuando deje de pensarte
tú dejarás de esconderte
pero es pronto
quiero quererte despacio
quiero tenerte sin miedo.


lunes, 17 de junio de 2013

Obsesionada por vivir otras vidas, por ser otros, pasa las horas y los días indagando en lo ajeno,
queriendo adivinar en qué falló, qué fue lo que hizo que a ella no le funcionara esa felicidad que ve retratada en los demás, en sus fotos, en sus escritos, en lo que ella se imagina que tienen de perfecto esos extraños. Obsesionada por demostrarse que cualquier existencia es más original, más real y más interesante que la suya. Y cuando todo pasa, cuando llega el dolor de un tropiezo, entonces vuelve la vista atrás y comprende que su experiencia era la que ahora querría encontrar reflejada en sus indagaciones, que ahora ella misma sería ese objeto de deseo, de felicidad anhelada, que imagina en rostros ajenos. Pero ya es tarde, ahora le toca recomponerse, desesperarse, y volver a querer ser como ellos, para volver a quedarse ciega cuando le esté ocurriendo lo que luego deseará no haber perdido.

sábado, 1 de junio de 2013

Princesa Inca


Yo lo miraba como se mira un precipicio
nunca supe si él me miraba como un sueño o un camino
pero qué pasa cuando hemos dejado en la cuneta los versos y la esperanza

mil pájaros de hierro vuelan para despistar el suicidio
los ojos son canicas que entran en el alma
como entra el miedo
en las venas de los enloquecidos.m

viernes, 24 de mayo de 2013

Anne Sexton

EL PECHO

Ésta es su llave.
Ésta es la llave para todo.
Preciosamente.

Soy peor que los hijos del guardabosque,
picoteando en busca de polvo y pan.
Aquí estoy intentando crear perfume.

Déjame tumbarme en tu alfombra,
en tu colchón de paja –lo que tengas a mano–
porque la niña en mí se está muriendo, muriendo.

No es que sea ganado para ser comida.
No es que sea una especie de calle.
Pero tus manos me encontraron como un arquitecto.

¡Jarra llena de leche! Fue tuya hace unos años
cuando habitaba el valle de mis huesos,
huesos bobos en la ciénaga. Pequeñas bagatelas.

Un xilófono quizá, con piel
recubriéndolo todo, torpemente.
Sólo después se volvió algo real.

Después me comparé a estrellas de cine.
Y no estaba a la altura. Algo entre
mis hombros sí lo estaba. Pero nunca suficiente.

Claro, había una pradera,
pero sin ningún joven que cantara la verdad.
Nada con lo que poder distinguir la verdad.

Sabiendo nada de hombres me tumbé junto a mis hermanas
y resurgiendo de las cenizas grité
¡mi sexo será traspasado!

Ahora soy tu madre, tu hija,
tu novedad –un caracol, un nido–.
Vivo cuando están vivos tus dedos.

Visto seda –cubierta para ser descubierta–
porque es en lo que quiero que tú pienses.
Pero para mi gusto es un tejido demasiado severo.

Así que dime lo que quieras pero recórreme como un escalador
pues aquí está el ojo, aquí la joya,
aquí la excitación que el pezón aprende.

Estoy desequilibrada –pero no estoy loca de nieve–.
Estoy loca en el modo en que las niñas están locas,
con una ofrenda, con una ofrenda…

Ardo del mismo modo que el dinero.

miércoles, 3 de abril de 2013



Si pudiera quedarme
en el cálido hueco de tu mano;
cóncava suavidad, cóncavo arrullo,
como un pájaro herido,
como un pájaro...
Pasarían los días incendiados,
las noches y silencios confundidos,
sólo segura en tu regazo tierno,
sólo allí sola,
sola en tu piel
como un pájaro muerto....

martes, 26 de marzo de 2013

Olvido García Valdés


Diré tu nombre para traerte, vendrás
por la raíz, por el humor
del tronco, por los círculos
de tus años, por las hojas
vendrás al cimbrearse
altos los que hablan de ti.

lunes, 11 de marzo de 2013



ISLA CORREYERO

Mi coño eleva el conocimiento que tú le has enseñado. La velocidad y el violento latido de una horca.

Mi coño alimentado por una boca física tiene el oficio azul de ser frágil y exacto.

Flexible y religioso, mi coño es la pirámide de un resplandor de oxígeno que se pone mis bragas.

Tiene quinientos años de elegancia y de músculos 
batidero de sangre volada de partículas.

Fluye con tabaco, la cicuta y el whisky, tiene chispas de plata, monedas de cerveza.

Con tu estremecimiento causas en mí palabras que dicen deserciones y dulces animales.

En tu lengua me dices cosas extraordinarias, se me llena la oreja del ardor de los fósforos.

Pasa todo a mi coño, se forman las arrugas, aprende, coronado cómo abrirse las venas.

Tan despierto y profundo como un túnel en llamas, llega al centro, al tugurio de un burdel que se mueve.

Es un párpado oliendo tu medida en centímetros, el aceite de un arma, con una bala de oro.

Extremaución del vértigo que crece en los amantes, mi coño es un estado mental de luz y sombra.

Suda como una sábana. Palpita como un trago. Es móvil terciopelo azul. Báilalo lento.

Por la muerte.

Jode la tristeza.


sábado, 9 de marzo de 2013


Vértigo de amor, vértigo de vacío
que inunda los recovecos, que cobija
el desamparo y lo provoca, vértigo
de cascada y precipicio, de sueños cumplidos
y sueños olvidados, abismo insondable
por no saber, por saber demasiado…
El poder de la libertad es venenoso
y los precipicios van creciendo entre los brazos
y el deseo de recorrer tanto, de amar hasta la lágrima,
heridas que sanan, cicatrices de cera en las pestañas,
ojos que ya no miran, borrosas visiones
en el miedo cotidiano que circula…
Desconocida que pasea y que recuerda
siempre con un tic tac tic tac
taladrando los pasos, agujereando los oídos,
soledad y cobardía en el terremoto
de la nada, sucumbe al hastío, llora
mas no sirve de nada porque
ya conoce el camino de regreso
y no quiere tomarlo.

martes, 19 de febrero de 2013

Leopoldo María Panero

Hembra
Hembra que entre mis muslos callabas
            de todos los favores que pude prometerte
te debo la locura.
 
"El último hombre" 1984
 
Ars Magna
Qué es la magia, preguntas
en una habitación a oscuras.
Qué es la nada, preguntas,
saliendo de la habitación.
Y qué es un hombre saliendo de la nada
y volviendo solo a la habitación.
 
"Poesía" 1970 - 1985

miércoles, 2 de enero de 2013

J.A. Valente


Cómo se abría el cuerpo del amor herido...

Cómo se abría el cuerpo del amor herido
como si fuera un pájaro de fuego
que entre las manos ciegas se incendiara.

No supe el límite.

Las aguas
podían descender de tu cintura
hasta el terrible borde de la sed,
las aguas.

De "Material memoria"