sábado, 31 de diciembre de 2011

Nastagio degli onesti

Boticelli

Una escena de caza
en que el amante
azuza hacia la amada los mastines,
abre en canal su espalda
y arrojando a las bestias
las vísceras sangrantes
da de nuevo comienzo, como un sueño
-ella expía y consiente y habita
el mismo sueño-, a la persecución.

De "Exposición" 1979
Olvido García Valdés

domingo, 25 de diciembre de 2011

Hay una finura que define
el tacto de mis ojos,
el llanto de mis manos,
la claridad que se abre al escuchar
aquella melodía que despliega
las alas de una ausencia primigenia.
Cómo explicar esa melancolía
que despierta en mi alma la belleza,
la perfección de un silencio, de un rostro,
de un instante en que la vida baila
y reconozco ese baile, esa música
y hay una ligereza en el aire
que convierte un momento simple y leve
en una verdad tan profunda y penetrante
que es imposible no emocionarse,
no sentir lo real maravilloso;
lo invisible se huele, se respira,
y comprendo que todo, desde siempre,
ha estado ahí, presente, acompañando
cada paso, cada abrazo, cada soplo.
Hay una finura que define,
que dibuja, que ronda en el ambiente,
que desciende y se posa cual paloma,
que revela el misterio eternamente...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Paloma Palao

Esa puerta de mármol, esa losa...

Esa puerta de mármol, esa losa
que cae sobre mi alma
si ando, donde me voy dejando
nudillos, nudos, manos...
He de tirarla abajo.
Esa madera joven, en la que me he
clavado, con ranuras
estrechas, con bisagras gigantes,
que envuelta de recuerdos
me sale siempre al paso...
He de tirarla abajo.
Esa puerta que llama cuando sigo
adelante, esa puerta que avanza
cuando yo me he parado. Esa puerta
que escucha cuando yo estoy
llamando...
Esa puerta -que es mía-
he de tirarla abajo.

Aprendo un camino para tu pestaña...

Aprendo un camino para tu pestaña: luz
abierta que no se desboca.
Acudo
a la razón: todo niega
la posibilidad de ser de nuevo
carne en la conjunción de tu memoria.
Barro el dolor, porque busco en mi ventana
la nota
que produzca silencio prometido: escribo
sobre un amor, que no llega;
pero no me despeino
en la nostalgia, porque
la fuente me deja su ruido,
promesa de una necesidad
que se intuye. Contra el dolor
yo tengo mi palabra: firme promesa
de resistir.


jueves, 8 de diciembre de 2011

Me despierto con tus alas abrazándome,
con ropas de un invierno pasado,
he debido dormir arropada por recuerdos
y al levantar no puedo evitar llamarte,
soñarte presente, amarte porque sí,
sin esperas, sin deseos, sin motivos,
tan sólo es éso, una niebla que me circula,
una mañana que se viste de ausencia,
tu imagen tatuada en mi cuerpo dormido,
y un olor que reconozco, que no duele ya,
un olor a diciembre, a hogar, a frío acompañado,
y no puedo evitar llamarte,
llorar en silencio con una sonrisa en el alma,
admirada de lo bello que es amar
en secreto, sin esperanzas, en soledad,
libre de miedos y rencores,
libre como la nieve que ya acecha.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

JOSEFA PARRA


El exceso

He de beberte a sorbos muy pequeños,
deletrear las frases, hacer alto
después de cada encuentro,
cerrar los libros de las confidencias,
amarte muy despacio, y distanciando
Los besos como islas.

De "Geografía carnal"

No es amor, no es amor...

No es amor, no es amor el estremecimiento que me ofreces,
la dependencia dócil del deseo,
no es amor.
La piel de transparente se hace alma
que el sudor cristaliza, puramente
transfigurada; pero es sólo el tiempo
que tarda ese tirano de tu cuerpo
en hacerse notar en estampida.
No es amor, lo conozco; yo no sé
qué cosa sea, pero no es amor.

De "Alcoba del agua" 2002



Extrañas formas tiene el amor...

Extrañas formas tiene el amor.
Las galas del deseo se nutren
de harapos de desdicha y de frío.
Por debajo del gozo respiran
los días del hastío futuro.
Toda humedad acaba en desierto,
todo cuerpo en ceniza -me dices
cuando aún aletea el placer
por mi piel como un tímido insecto.
Todo acaba -repites.
Te miro
como se mira a un dios cruel y exacto.
De repente me siento muy sola.

De "Alcoba del agua" 2002


El dormido pretérito y pluscuamperfecto

Devuélvete a tu pura
silueta de dormido,
a tus piernas perfectas recogidas,
a tu gesto inocente
rendido en la almohada,
a las horas de siesta en que te hallabas
al alcance de mis ensoñaciones.
Devuélveme a ese niño
que a solas descubrí tras la vigilia,
devuélveme tus párpados, quisiera
contemplarte de nuevo, ahora te comprendo.


De "Tratado de cicatrices"

jueves, 1 de diciembre de 2011

Beatriz Zuloaga

Había olvidado las cosas simples...



Había olvidado las cosas simples

como decir hola y sonreír

mirar a través de las vidrieras

y buscar golondrinas de verano,

tomar los parques de la mano

y vestirme de muselina blanca

así transparente como el aire.

Había olvidado el olor

de la mañana,

el chocolate y su espuma

del cielo de colores

y ese empezar el día

con alas y canciones.

Vuelvo a sentir la tentación

de mirar a los hombres

descubrir que tienen pasos largos

una barba con sueños,

que pueden inventarnos palabras

como arrullos

y ser una luz placentera entre los poros.

Vuelvo a encontrar esa dulce pereza

de entretener el ocio con gaviotas,

un castillo que trepe hasta mi alma

y ese violín detenido en una nota larga,

vibrante, elástica, como una piel enamorada.

Quiero el agua del grifo,

verla correr, dejar que dance su humedad en mis manos,

el olor del jabón y esa espuma que hace globitos

y me tienta a imaginar planetas transparentes

con hombrecitos pequeñas

de orejas largas y pupilas moradas.

La noche es una cama con almidón de sueños
y un amor vertical que me acompaña.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Sábanas y recuerdos de un mar de noches, días, tardes, madrugadas,
reptando hasta tu nuca, buceando entre los pliegues de un recuerdo,
descubriendo asombrada el olor de un deseo que yacía dormido,
contemplando tu sueño, dibujando de nuevo un cuerpo amado,
conociendo el dolor de lo imposible, la tristeza de ser repeticiones.
Círculo que me envuelve y me revela, sábanas que arroparon mi vacío,
cómo quema, cómo pesa la verdad del silencio, la oscura soledad irremplazable,
cómo explicarte a tí tantos misterios, a tí que hoy me regalas tu inocencia
y me haces olvidar tantos secretos, cómo explicarte hoy que sigo muerta
en el mismo lugar donde tú me encontraste.
Hija de la tierra soy

III
Hija la tierra soy. Amante de la muerte.
A menudo en mis sueños la verdad se revela por
completo.
Crecen mis manos y mis pies hasta enroscarse
en un enorme tronco.

Deja que sea yo quien te penetre. Aunque
sea por una sola vez.

Soy dueña tan solo de mis lágrimas.
No sé llorar por dentro.

Mía Gallegos

viernes, 11 de noviembre de 2011

Matilde Alba Swann

Bajo tu lástima
Quiero huir de tu lástima, y tropiezo
con mis zarzas de miedo
y con mi nido
de alegrías dormidas, y desgarro.

Has tendido
tu sonrisa en piedad a mi costado,
y te quedas
a mirarme ceder, sombra inclinada
como un tronco crujido
de castigos.

Tus dos brazos cruzados, y ya ajenos,
y una boca de beso
que se guarda.

Nunca me vi pequeña como ahora,
a los pies de tu altura
compasiva.

Nunca, como hoy, descalza
y azotada,
a un instante del nunca, irremediable.

Ya no vibra mi carne
en paraísos,
ni en infiernos, ni en manzanas, serpientes,
ni en exilios.

Una lacia
sensación de desgano que me arrastra,
un insomne desorden
de cabello, una pena tremenda de estar triste,
y un deseo
de morirme mañana,
antes que partas, y dejarte
sonreír de piedad sobre mi ausencia.

Carlota Caulfield

Respiro y descanso
al mirarte desnudo.
Este acompañarnos y saber callar
por los caminos de nuestro dolor:
mi escritura se teje
sobre las paredes
del incomparable acorde de tus manos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Noviembre de olores nuevos, de besos de adolescencia,
noviembre de lluvia que trae nuevas palabras, nuevos gestos,
noviembre de viento que se lleva a su paso las cadenas, los llantos, las ausencias;
la espiral recupera su curvatura, la raíz desciende adentro con fuerza,
parece que el corazón se diera un descanso para mirar con ojos nuevos,
para reír y soñar sin tanto peso, para volar un poco entre las nubes.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La leyenda del cuerpo

Reconstruir un cuerpo

fragante en la memoria:

ingresa en el recuerdo semidiós

y en el olvido, viento.

El tacto: narraciones

de una teogonía suficiente:

ninfas en la saliva, los mensajes

de iris en la sangre, el asediar

de amazonas, cuantas alegorías

quisiéramos del fuego, la conciencia

suprema de la piel.

El cuerpo amado nunca

es solamente un cuerpo.


De "Problemas de doblaje" 1982

Aurora Luque

domingo, 30 de octubre de 2011

Cómo pesa el amor

Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como la luna
apenas clara entre las luciérnagas.
Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.
Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
como pesa el amor
endurecido.


Gioconda Belli

miércoles, 19 de octubre de 2011

Claribel Alegría

Dame tu mano

                              "Hoy me gusta la vida mucho menos
                              pero siempre me gusta vivir"...
                              César Vallejo

Dame tu mano
amor
no dejes que me hunda
en la tristeza
Ya mi cuerpo aprendió
el dolor de tu ausencia
y a pesar de los golpes
quiere seguir viviendo.
No te alejes
amor
encuéntrame en el sueño
defiende tu memoria
mi memoria de ti
que no quiero extraviar.
Somos la voz
y el eco
el espejo
y el rostro
dame tu mano
espera
debo ajustar mi cuerpo
hasta alcanzarte.

lunes, 17 de octubre de 2011

Octavio Paz

ANTES DEL COMIENZO
Ruidos confusos, claridad incierta
Otro día comienza.
Es un cuarto en penumbra
y dos cuerpos tendidos.
En mi frente me pierdo
por un llano sin nadie.
Ya las horas afilan sus navajas.
Pero a mi lado tú respiras;
entrañable y remota
fluyes y no te mueves.
Inaccesible si te pienso,
con los ojos te palpo,
te miro con las manos.
Los sueños nos separan
y la sangre nos junta:
somos un río de latidos.
Bajo tus párpados madura
la semilla del sol.
El mundo
no es real todavía,
el tiempo duda:
sólo es cierto
el calor de tu piel.
En tu respiración escucho
la marea del ser,
la sílaba olvidada del Comienzo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El retorno de Lilith

Recógeme.
Una sola cosa es necesaria.
Ven, recógeme a flote en tus ojos.
Clava tus cimas en mis abismos.
Graba mi silueta en la memoria de tus palmas
y humea la pantera escondida donde nacen los hombros.

Joumana Haddad

jueves, 1 de septiembre de 2011

Clara Janés

Amiga

Te brillaban dos lágrimas
por fin nos despedimos
sin poder compartir el aluvión de noche

pero tú me sabías
rompiéndome en aceras
recorriendo senderos sin gravedad deshechos
alejándome progresivamente
por el vasto universo de veloces esferas
desde aquel chorro negro en cuyo centro
el yo
se quedaba en la ráfaga
el punto
donde nada ni nadie
sólo el deseo con su vientre de lava
la muerte por los brazos cargando pesadez
cargando frío
dejándolos colgar desasiéndose aplastándose
la cabeza también como un cometa dormido rodando
a miles de kilómetros ya la vez
en tus pupilas húmedas
brillantes como estrellas en el agua de la noche
de esa noche
cuando abierto y desnudo el corazón
como las rosas que desnudan su cráter
y el cuerpo les da vueltas
como fuego en racimos
devorador de órbitas elípticas que ensanchan el espacio infinito
dejaba sólo sólo sólo
ese punto
lejano y arraigado
negro insaciable pozo de tortura y destello
que reclama violento
más viento entre los sauces que lloran
más delirio en las cascadas irisadas
más cobijo en las manos de la lluvia
más temblor en el beso de la tierra
y agónico
encuentra nada más el pánico
de miembros desarmados
y se entrega fieramente
al sueño extraño
en la ebriedad y veneno
de un instante de amor
propio
inasible
incomprensible
inexpresable
intransmisible
incomunicable
incompartible
a penas
un ahogo
perecer

y todo
en tu pupila
impregnada de infancia.

"Libro de alienaciones" 1980

viernes, 29 de julio de 2011

Hay una cascada que galopa
entre mis manos y mi espalda,
sobre mi vientre saltan diminutos seres
de invisible presencia,
y en la memoria, nada,
y en el armario, nada,
y en tu cama, tan sólo sueño,
y en mi cama, duermo sin sueño.
Presiento el viento, lo espero,
recibo la noche de verano
con paciencia y ternura,
y quisiera acostarme en esa tierra
que nunca fue de nadie, ser sin dueño,
y quisiera quererte sin saberte,
y que esta cascada-sobresalto
me convierta
en un manto de agua
entre los cantos del silencio del mundo.

viernes, 22 de julio de 2011

Juan Gelman

QUÉ

Los que son
en un pedazo de silencio,
ésos palabran de verdad.
No hablan, dicen, la noche
pasa por el aujero de su aguja
rápida como un golpe.
Su preguntón no va al círculo de lo sabido.
Tienen amores diversos, hermosuras
tendidas a los vientos.
La existencia y la inexistencia de
las cosas doran sus preguntas.
Arde la tribu de caminos
que no recorrerán.

sábado, 28 de mayo de 2011

Decir, hacer

                                              A Roman Jakobson

Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
Se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
de la idea.
Los ojos
se cierran
Las palabras se abren.

OCTAVIO PAZ

jueves, 7 de abril de 2011

Cristina Peri Rossi

Bitácora

No conoce el arte de la navegación
quien no ha bogado en el vientre
de una mujer, remado en ella,
naufragado
y sobrevivido en una de sus playas.


"Linguística general" 1979
Después

Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:

Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.

Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor.

Ya no amo.

Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje.

Ya no estoy loca.


"Otra vez eros" 1994


Mensajes
Cómo amaba los manuscritos de tus manos
en la alfombra
en la mesa de todos los días
en los mansos atardeceres
en el polvo de la ventana
en la monótona arena de la playa
Mansas manos
mensajes monosilábicos

        Pero nunca supiste qué palabra escribías.

"Linguística general" 1979

lunes, 4 de abril de 2011

Claudio Rodríguez

Ahí mismo

Te he conocido por la luz de ahora,
tan silenciosa y limpia,
al entrar en tu cuerpo, en su secreto,
en la caverna que es altar y arcilla,
y erosión.
Me modela la niebla redentora, el humo ciego
ahí, donde nada oscurece.
Qué trasparencia ahí dentro,
luz de abril,
en este cáliz que es cal y granito,
mármol, sílice yagua. Ahí, en el sexo,
donde la arena niña, tan desnuda,
donde las grietas, donde los estratos,
el relieve calcáreo,
los labios crudos, tan arrasadores
como el cierzo, que antes era brisa,
ahí, en el pulso seco, en la celda del sueño,
en la hoja trémula
iluminada y traspasada a fondo
por la pureza de la amanecida.
Donde se besa a oscuras,
a ciegas, como besan los niños,
bajo la honda ternura de esta bóveda,
de esta caverna abierta al resplandor
donde te doy mi vida.
Ahí mismo: en la oscura
inocencia.

lunes, 21 de marzo de 2011

Las hojas se amontonan otoñales,
con ellas rellené mi almohada
y cada noche sueño con su crujido
enredada en octubres y espirales.
A veces me descubro regando
con lágrimas las hojas amarillas
y entonces ya no suenan encrespadas,
se hacen blandas, mullidas, silenciosas.
Hoy parece que llega una tormenta,
hoy el gris me barniza y me segmenta,
esta tarde de viento y primavera
sueño con hojas, abrazos, ritos, cuevas.
Qué despiste me ronda por las venas,
qué certeza inquietante y engañosa,
ayer cisne, hoy loba, ¿qué mañana?
Dudas, bailes y versos sin sentido...
Me escuece la nostalgia y me fascinan
la intención, el nervio y la pureza
de esa energía de agua que me nace
cuando enraizo mis pies bajo la tierra.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Verde

Verde. Las hojas de geranio
en la luz gris de la tormenta
tiemblan, tensión
de nervadura verde oscuro.
Te mirabas las manos,
nervadura de venas; si los dedos
fueran deliciosos, decías.
Al caminar
apoyaba mi sien contra la tuya
y en la noche escuchaba
el ruiseñor y el graznido
del pavo. Indiferencia
de todo, oscuridad.
Me llamabas con voz muy baja.
Sólo un día reíste.

De "Ella, los pájaros", 1994
OLVIDO GARCÍA-VALDÉS

domingo, 13 de febrero de 2011

Crear un hogar,
como un artista,
dibujarlo, esculpirlo,
con delicadeza y color,
cocinarlo, mimarlo,
crear calor, calidez,
sentir el hogar adentro,
acoplarse con él,
descansar en él,
amar en él,
soñar en nuestro hogar,
poner nombres,
escribir en las paredes,
reír y llorar sin estar solos,
porque el hogar es alguien
para quienes siempre
lo hemos buscado y necesitado.
Amor
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.

Idea Vilariño

jueves, 10 de febrero de 2011

COPOS DE NIEVE BAJO MIS PÁRPADOS
CRISTALES ROTOS ENTRE MIS MANOS
PÉTALOS SECOS EN MI CORAZÓN.
A través
Doblo la página del día,
escribo lo que me dicta
el movimiento de tus pestañas.
*
Mis manos
abren las cortinas de tu ser
te visten con otra desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo.
*
Entro en ti,
veracidad de la tiniebla.
Quiero las evidencias de lo oscuro,
beber el vino negro:
toma mis ojos y reviéntalos.
*
Una gota de noche
sobre la punta de tus senos:
enigmas del clavel.
*
Al cerrar los ojos
los abro dentro de tus ojos.
*
En su lecho granate
siempre está despierta
y húmeda tu lengua.
*
Hay fuentes
en el jardín de tus arterias.
*
Con una máscara de sangre
atravieso tu pensamiento en blanco:
desmemoria me guía
hacia el reverso de la vida.

OCTAVIO PAZ

lunes, 7 de febrero de 2011

Alejandra Pizarnik...

Caminos del espejo

I
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

II
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde
filoso de la noche.

III
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona
el viento en el umbral.

VI
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

VII
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé.
Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla.

XIII
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.

XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba
no vi otra cosa que a mí misma.

XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra
la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo,
he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.

sábado, 5 de febrero de 2011

Alejandra Pizarnik...

Mendiga voz

Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.

En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.


viernes, 4 de febrero de 2011

Julio Cortázar...

Encargo

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que
vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni
guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.


Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre. 

Bolero

Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

martes, 1 de febrero de 2011

Leopoldo María Panero

Diario de un seductor
No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
                                desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.

Hembra
Hembra que entre mis muslos callabas
de todos los favores que pude prometerte
te debo la locura.

viernes, 28 de enero de 2011

Paul Celan

 

No obres de antemano,
no envíes nada fuera,
mantente
dentro:
transfundido de nada,
libre de cualquier
plegaria,
sutilmente acordado según
la pre-inscripción
insuperable,
yo te acojo
en lugar de toda
paz.



En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo a la nuez.
En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
la boca dice la verdad.
Mi ojo asciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos palabras oscuras,
nos amamos como se aman amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en los cuencos,
como el mar en el rayo sangriento de la luna.
Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que se sepa,
tiempo es de que la piedra pueda florecer,
de que en la inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que sea tiempo.
Es tiempo.

Versión de José Ángel Valente

jueves, 27 de enero de 2011

Heme aquí raíz...
Heme aquí raíz,
savia de impulsos ascendentes,
madre aún,
posible siempre,
anticipada gestación
de un porvenir intruso,
intrusa de un presente
que desestima
el valor de nacer
a sí mismo de nuevo.
Heme aquí clavando
mis ojos
de savia encarcelada
en los troncos vacíos de los árboles
muertos,
heme aquí creyendo,
queriendo creer
en la impostura de las ruinas,
en el candor del desastre,
el valor de lo opaco,
la calidez del humo en los rescoldos.
Heme aquí,
heme aquí,
he aquí que me atrevo
a creer en las ruinas.

¡Me atrevo a creer en las ruinas!

De "Conjuros" 2001

Intermedio

Entre una imagen tuya
y otra imagen de ti
el mundo queda detenido.
En suspenso. Y mi vida
es ese pájaro pegado al cable
de alta tensión,
después de la descarga.

De "Lógica borrosa" 2002

CHANTAL MAILLARD

lunes, 24 de enero de 2011

Eunice Odio

Declinaciones del monólogo

I
Estoy sola,
muy sola,
entre mi cintura y mi vestido,
sola entre mi voz entera,
con una carga de ángeles menudos
como esas caricias
que se desploman solas en los dedos.
Entre mi pelo, a la deriva,
un remero azul,
confundido,
busca un niño de arena.
Sosteniendo sus tribus de olores
con un hilo pálido,
contra un perfil de rosa,
en el rincón más quieto de mis párpados
trece peregrinos se agolpan.

II
Arqueándome ligeramente
sobre mi corazón de piedra en flor
para verlo,
para calzarme sus arterias y mi voz
en un momento dado
en que alguien venga,
y me llame...
pero ahora que no me llame nadie,
que no quepo en la voz de nadie,
que no me llamen,
porque estoy bajando al fondo de mi pequeñez,
a la raíz complacida de mi sombra,
porque ahora estoy bajando al agónico
tacto de un minero, con su media flor al hombro,
y una gran letra de te quiero al cinto.
Y bajo más,
a las inmediaciones del aire
que aligerado espera las letras de su nombre
para nacer perfecto y habitable.
Bajo,
desciendo mucho más,
¿quién me encontrará?
Me calzo mis arterias
(qué gran prisa tengo),
me calzo mis arterias y mi voz,
me pongo mi corazón de piedra en flor,
para que en un momento dado
alguien venga,
y me llame,
y no esté yo
ligeramente arqueada sobre mi corazón, para verlo.
y no tenga yo que irme y dejar mi gran voz,
y mi alto corazón
de piedra en flor.

lunes, 17 de enero de 2011

Esta niebla, esta angustia, este silencio
Este tránsito absurdo a la deriva
Esta necesidad, esta costumbre
Este doble deseo, este deseo...

jueves, 13 de enero de 2011

Blanca Andreu

Marina

Te he visto, océano
te he galopado
a lomos de un violín
de madera pulida
de un potro alabeado
del color del cerezo
y eras, océano
un prado
de hierba azul
en movimiento.

Como si fueras
el propio olvido
te he visitado
océano
emperador de las aguas
espejo profundo del cielo
y he visto en tus eternas barbas de espuma
cereales azules y flores del silencio.
"El sueño oscuro" 1994



Marina del color del amor

Eres la estrofa azul, el poema verde
que mi amor me recita con su sonrisa roja
que me canta mi amor
con alma gigantesca y dedos negros.

Eres el verso azul inacabable
hecho de estrellas y de cielo líquido
sembrado de naranjas y de lunas
donde ata mi amor sus pensamientos.

"El sueño oscuro" 1994



Marina del libro

Inquiero los porqués, los hasta cuándo
los cómo y dónde
y esa pregunta muda que me ahoga
y vive en el silencio.

Y entonces tú contestas
majestuoso
enorme gamo verde
país de agua
donde los soñadores se dan cita.

Me hablas
grande mar
telón del cielo

y tus olas responden como páginas
de un libro cuyo autor lo sabe todo

como páginas, mar

y como pétalos
de una rosa que nunca se deshoja.

"El sueño oscuro" 1994

martes, 11 de enero de 2011

NO QUIERO

No quiero ser eterna
la eternidad me abruma
quiero estar viva
sin pensar
por qué
vivo
ser un relámpago en el aire
una mariposa iridescente
una pasajera pompa de jabón.

Claribel Alegría

LA BELLA DURMIENTE

-He tenido un sueño magnífico:
    Cabalgaba en un caballo blanco a través de un bosque y de
repente, en medio de un claro, veo el cuerpo de una muchacha
bellísima, que duerme sobre una litera hecha con ramas de roble
y rodeada de flores de todos los colores. Desmonto rápidamente
y me arrodillo a su lado. Le cojo una mano. Está fría. Tiene el
rostro blanco como el de una muerta. Y los labios finos y
amoratados. Consciente de mi papel en la historia, la beso con
dulzura. De inmediato la muchacha abre los ojos, unos ojos
grandes, almendrados y oscuros, y me mira: con una mirada de
sorpresa que enseguida se tiñe de ternura. Sus labios van
perdiendo el tono morado y, una vez recobrado el rojo de la
vida, se abren en una sonrisa. Tiene unos dientes bellísimos. Sus
mejillas ya han perdido la blancura de la muerte y son rosadas,
sensuales, para morderlas.
Me incorporo y le alargo las manos, para que se coja a ellas y
pueda levantarse. Y entonces, mientras la muchacha se
incorpora, sin dejar de mirarme a los ojos, enamorada, me doy
cuenta de que unos veinte o treinta metros más allá, antes de que
el claro dé paso al bosque, hay otra muchacha dormida, tan bella
como la que acabo de despertar, igualmente acostada en una
litera de ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores.

QUIM MONZÓ