domingo, 28 de mayo de 2017

Philippe Jaccottet

Giran los vencejos en las alturas del aire:
pero aún más altos giran los astros invisibles.
Cuando el día se retire a las extremidades de la tierra
surgirán estos fuegos sobre la extensión de oscura arena...

Así habitamos una región de movimientos
y de distancias; así el corazón
va del árbol al pájaro, del pájaro a los astros remotos,
del astro a su amor. Así el amor
se enciende en la casa cerrada, gira y trabaja,
servidor de quienes llevan, inquietos, una lámpara en la mano.