Hay una cascada que galopa
entre mis manos y mi espalda,
sobre mi vientre saltan diminutos seres
de invisible presencia,
y en la memoria, nada,
y en el armario, nada,
y en tu cama, tan sólo sueño,
y en mi cama, duermo sin sueño.
Presiento el viento, lo espero,
recibo la noche de verano
con paciencia y ternura,
y quisiera acostarme en esa tierra
que nunca fue de nadie, ser sin dueño,
y quisiera quererte sin saberte,
y que esta cascada-sobresalto
me convierta
en un manto de agua
entre los cantos del silencio del mundo.
te llevaré bajo tierra y te enseñaré cómo aman las raíces de los árboles
viernes, 29 de julio de 2011
viernes, 22 de julio de 2011
Juan Gelman
QUÉ
Los que son
en un pedazo de silencio,
ésos palabran de verdad.
No hablan, dicen, la noche
pasa por el aujero de su aguja
rápida como un golpe.
Su preguntón no va al círculo de lo sabido.
Tienen amores diversos, hermosuras
tendidas a los vientos.
La existencia y la inexistencia de
las cosas doran sus preguntas.
Arde la tribu de caminos
que no recorrerán.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)