domingo, 28 de julio de 2013

Princesa Inca

Que hermosa puede ser una mujer semidestruida,
brilla con la verdad decaída de una ciudad antigua y sucia,
sus ojos son callejones, son territorios donde transitar para reconocerse,
que bellos los pechos caídos e inútiles para dar de mamar a la nada o al cielo
que puede tener texturas parecidas/
que hermosa cuando llora con su lágrima azul e infinita,las ideas raras y esféricas,
el ruido de su dolor atrapado en el vientre inhabitado/
la luz se deforma para darle paso a esa muñeca que se desilhacha y toma forma de hembra en batalla de nadie/ 
mírale,sus ojos se difuminan para celebrar la lluvia y un desencuentro con ella misma, escribe en la noche y marchita la saliva para segregar mariposas o fines inexpresables/
habítala/cómele su origen y las noches/
sémbrale tu semen y tu tiempo para que divida la vida/desnúdala para comerle la sangre porque no le da miedo la herida en carne viva/
al final de su túnel tu victoria ante el desencanto/
que hermosa su belleza absolutamente imperfecta, sus piernas grandes,su blancura
de mármol,su locura precipitada,su mentira.
/con tus manos la tocas y palpas luego como le sueñan los dientes, los días,la vagina,
como se deshace en el camino hacia tu boca/
que hermosa transitada de miedo,no es bella como un maniquí sonriente,no te dará la razón,acabará de desordenarte/
persíguela para soñarte porque quedan pocos puros territorios verdaderos como ella/
no habita este lado del espejo/tú sabes que te amará siempre hasta la muerte
una mujer desmembrada/ y deslizate silencioso porque percibe y le altera cualquier ruido,
que es de aire, que es de vidrio, que es remota/
cómetela a pedazos para digerir el sentido de algo/
esto es la vida ,esto es la batalla del anochecer,esto es algo realmente grande/
que hermosa es una mujer semidestruida como una iglesia abandonada y hueca/
donde parar a conocer el viento que surge en le precipicio/
derrotada,insomne,perdida/
la quemadura que produce no destruye/no es fuego sino
una luz que te hará conocer lo que no conocieron jamás ni tu cuerpo ni tu memoria.

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