martes, 1 de febrero de 2011

Leopoldo María Panero

Diario de un seductor
No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
                                desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.

Hembra
Hembra que entre mis muslos callabas
de todos los favores que pude prometerte
te debo la locura.

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