El viento azota la tierra, rasga y levanta en vuelo las cosas diminutas,
las diminutas flores, las diminutas almas que se agarran al suelo temblorosas.
El viento es alarido, grito en canto, redescubre lo oculto y enterrado,
a veces acaricia, a veces duele, pues tiene algo de frío y de fuego...
Viento que tanto arañas con tu clamor de siglos, despierta a los dormidos,
ya es tiempo de que el aire reconcilie
todos los elementos, todos los corazones que palpitan
en este círculo infinito, en este hogar eterno y luminoso.
Abrázame hasta el llanto, viento de otoño...
Quién no quisiera ser hoja en tu cielo, vuelo,
vuelo... ¿vuelas conmigo?
La cuna de los poetas tiene sábanas de sangre con tres columnas de alambre y la que resta, una veleta que sostiene dos mil vientos, los limpios, los polvorientos y sentencia firme y quieta: morid mientras me matáis, recortando mi silueta.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Qb-3Y20nUy4